martes, agosto 31, 2010

Cálculos del destino.

Ya casi es media noche. Te fuiste y heme aquí rodeado de recuerdos. Recuerdos que empezaron con aquel místico y casi eterno primer beso, hasta el más reciente que como fábula llegó a nosotros hace dos noches.
¿Cómo olvidar tú primera pregunta. Aquella simple pregunta que tanto repetías “¿Por qué no llegaste antes a mi vida?” hoy tiene sus respuestas.
El universo todo lo acomoda en su justo lugar. Ambos, ávidos de amar fuimos lanzados a una misma prueba.
― ¿Quieren amor? ― nos preguntó el universo. ― Ahí lo tienen. Tomen su camino y conozcan como se ama.  
Tú saliste en vuelo de palomas, surcaste espacios prohibidos, sembraste estigmas, rompiste reglas, edificaste sueños, forjaste una estructura que aparentaba ser sólida. Conociste un amor, lo definiste como amor, lo idealizaste como amor.
Yo emprendí a ciegas el camino. Un sendero que ensordeció mi estirpe, enlodo mi alma y exprimió a mí ser. Busqué el amor, creí en el amor. Pero no era amor.  
Justo ahí nos cruzamos en nuestras vidas, y hace unos días, meses después de aquel primer beso casi eterno, se apareció raudo y firme el universo. Esta vez no preguntó, sólo afirmó:
Esto que ambos están viviendo y disfrutando, sí es el amor. La experiencia anterior que les puse como prueba, era solo para que aprendieran que es lo que no debemos vivir cuando dos personas se aman de verdad. Lo que ambos vivieron, fue una vil pesadilla fantaseada como amor. Si se hubieran conocido antes, no hubieran aprendido esta lección.

¿Por qué no llegaste antes a mi vida?. No hacía falta. El destino lo tenía todo  fríamente calculado. Llegamos a tiempo y seguiremos en el tiempo.

Acróstico.

Grande eres entre todas
Amiga, buen compañera
Bondadosa, bien sincera
Y amante como ninguna.

Libre como el viento eres
Osada, valiente y bella
Entero tu amor reflejas 
Renaces en cada entrega y
Alimentas tus quimeras

Cristalina es tu palabra
0yes en la voz del alma
Riegas paz cuando hay silencio
Riegas luz si está nublado
Amor das si es el momento...
Liberando sentimientos.

lunes, agosto 30, 2010

Cosas que nunca te he dicho


Hoy quiero decirte muchas cosas
que nunca te he dicho. Por ejemplo…

Sin ti:
el mar no tendría olas,
el sol no irradiaría,
la luna sería negra,
y mis noches una eterna espera.

Sin ti:
la madre selva se quedaría estéril,
la fértil tierra devendría en desierto,
la tierna brisa se convertiría en tornado,
y detrás de la lluvia no vendría la calma.

Sin ti…
 hoy nada tiene sentido...

domingo, agosto 29, 2010

Amores que no duelen.


Cuando estoy a tu lado los segundos toman otro significado. El tiempo parece encapsularse, el  sol no quema, la lluvia no moja, el viento no asecha con esa fuerza destructiva, el vino se vuelve más añejo y su néctar traspasa las fronteras del buen gusto. Estar contigo significa vivir para disfrutar que estamos vivos, que sentimos y podemos hacer lo mismo que hace más de veinte años, porque el amor existe y porque sabes enseñarme que amar es mucho más simple que negarse a hacerlo.
Amarte a ti ha sido diferente. Amarte representa la madurez un sentimiento, el ocaso de dolores residuales, un diluvio de pasiones en donde el arca es nuestra cama y nosotros la especie a conservar. Amarte es navegar sin mal tiempo, sin tormentas, ni mareas que provoquen celos calculados. Amarte ha sido el renacer de entre cenizas ya olvidadas y valorar que afortunados somos los que amamos. Amarte le ha dado vista a mi ceguera, oído a mi sordera y movimiento a un cuerpo que se creía inamovible. Amarte me ha devuelto la osadía para dejar de ser un ser enfermo entre normales.
Amarte me ha convencido que existen amores que no duelen, amores que engrandecen, amores que se basan en lo puro, amores que ennoblecen, amores que dan fuerzas, que respetan, que caminan de la mano sin necesidad de adelantarse ni pensar que están en una competencia. Amarte ha sido lo mejor que me ha pasado.

lunes, agosto 16, 2010

Amantes astrales.

Hoy llueve en la noche, el aire fresco inmerso en tu humedad, inunda nuestra cama. No estás físicamente, pero te tengo entre mis sabanas. En tus olores que has dejado enredado en los vellos de mi barba, en la funda de tu almohada, en los restos de tu aliento que aún me susurran al oído el mortífero diagnostico ante la picada de un insecto. “Es muy grave. Es necesario extraer el veneno”. En tu sabor que aún se conserva en mis labios tras el beso que anunciaba “hasta mañana”. Cierro mis ojos, el sueño llega.
La noche me envuelve de tu aroma, mientras en tu lecho reconstruyes la noche de anoche con mi libro cerrado reposando sobre tus pechos y extrañando el cuento de dormir o el arrullo de mi canto mientras mis dedos retozan en tu pelo. Mi voz murmura en tus oídos el único tratamiento posible ante una histeria desmedida. “Es un tratamiento que puede durar años. Es necesario operar”. Mis manos te rodean por la espalda. Cierras los ojos, el sueño llega.
La noche es testigo, que dos cuerpos distantes pueden sentirse uno junto al otro. La noche nos invita, nos transporta a viajar en este sueño astral que hace posible que una noche que parecía eterna sin tus besos, nos diera esta sorpresa deseada.
Amanece. El canto de un ave me despierta mientras descorro de mi rostro la cortina que ha formado tu cabello. Tu sonrisa me ilumina. Estoy en tu cama y tú entre mis brazos.

martes, agosto 03, 2010

Tú, yo y el tiempo.

Atardeció muy rápido. Tú aún estabas sorprendida con todo el tiempo que pasamos juntos, con todo lo que platicamos, reímos, compartimos, vivimos. El tiempo implacable, solo aparece en nuestras despedidas y dos o tres horas nos separan del siguiente contacto. De esa necesidad mutua de tenernos, de tocarnos, de buscar el mínimo pretexto para susurrarnos al oído la última aventura de ese personaje místico que a veces porta su caperuza roja y otras suele danzar con lobos que no comen abuelitas, jugar en el pantano con ogros que no son verdes o desaparecer a galope con algún príncipe encantado que con un beso deja de ser sapo para saciarle sus antojos.

A tu lado el tiempo elimina lo externo y no hay palabra que signifique soledad, aburrimiento ni cansancio. A tu lado nada provoca el hastío crónico de un mal de amores porque nuestro amor pertenece a otra dimensión. Esa, en la que el día se funde con la noche y el tiempo no cuenta.  Dimensión en la que el espacio dota a nuestros cuerpos de una infinita energía. Inagotable, inquieta, adictiva. Energía incompatible al desamor, al descontento, a la inexistencia del deseo, de ese deseo mutuo que perdura desde el primer día que nos entregamos en aquel concierto de besos sin palabras.

A tu lado el tiempo no sabe de edades, ni de achaques. De días asoleados o lluviosos. De noches frías ni calientes. De meses más largos, ni de años bisiestos. A tu lado el tiempo simplemente nos envuelve en ese energético “Black Hole” que nos enseña realmente como se vive en pareja.

Atardeció muy rápido. Los “Indios” ganan a nuestros odiados “Medias Rojas”. Nos miramos. Sonreímos. La noche llega. Agosto corre. El cuarto mes se acerca y una vida nos espera. Una vida, en donde el tiempo parece no existir.


Son las 2:46 am. Espero que amanezca para verte.
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