El ayer se esfuma como humo en el viento. Viento sin colores que te daba quimeras. Quimeras que volaban edificando futuros. Futuros que tú sabías que eran inalcanzables.
El hoy crece sin tapujos ni engaños. Engaños sepultados en mazmorras de olvidos. Olvidos que dan paso a un presente instantáneo, sincero, espontaneo, sin trucos, sin histerias prefabricadas, sin dinero que sustituya a espacios no dados ni a tiempos no invertidos.
El hoy es único. Colmado de sueños. Alcanzables. Tangibles.
Mañana, será otro día. Pero estoy seguro que en ese momento en que sea vivido, dejará de ser futuro y será presente. Será hoy. Será único. Como este instante en que te digo hasta mañana, pero aquí sigues todavía.
Es la 1:29 Am. Ya falta menos. No desesperes.