Quiero que sepas,
mi ninfa poderosa,
que eres entre tantas musas mitológicas
mi única musa.
Y eso tú lo sabes más que nadie
cuando sin pensarlo
apareces en mis días;
invitándome a la gloria,
dándome tus goces,
convirtiendo mi intranquilidad en una fiesta,
armonizando tus canciones,
bailoteándome una danza,
envolviéndome de atenciones,
cantándome tus himnos,
mostrándose como la celestial que se desdobla
o musitando con voz sensual cuanto me amas.
Cómo no inspirarme ante
tu imagen y tus facciones,
ante tus mimos y tu hálito
ante tus caricias que me envuelven
cada noche con el mas tierno
susurro de un te amo.
Usted ha sido, es y será
la musa que me inspire
por toda la eternidad.