El ayer se esfuma como humo en el viento. Viento sin colores que te daba quimeras. Quimeras que volaban edificando futuros. Futuros que tú sabías que eran inalcanzables.
El hoy crece sin tapujos ni engaños. Engaños sepultados en mazmorras de olvidos. Olvidos que dan paso a un presente instantáneo, sincero, espontaneo, sin trucos, sin histerias prefabricadas, sin dinero que sustituya a espacios no dados ni a tiempos no invertidos.
El hoy es único. Colmado de sueños. Alcanzables. Tangibles.
Mañana, será otro día. Pero estoy seguro que en ese momento en que sea vivido, dejará de ser futuro y será presente. Será hoy. Será único. Como este instante en que te digo hasta mañana, pero aquí sigues todavía.
Es la 1:29 Am. Ya falta menos. No desesperes.
Creo que es muy significativo decir hasta mañana y comprobar que ese alguien al que va dirigido no desaparece, que sigue ahí. Que tiene el valor de enfrentar un poco más nuestra mirada y seguir a nuestro lado. Para qué un mañana si el hoy, el ahora, es lo que importa.
ResponderEliminarUn saludo, Mirache. Gracias por tu visita.
El paso inexorable del tiempo, el hoy que ya es pasado, y el futuro que ya es presente. Dejamos en nuestras huellas hojas secas con más celeridad de la que pensamos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el juego temporal que has hecho de las coordenadas de lo que pasa o viene.
Un beso y "carpe diem".
Qué hermoso escrito y cuanta razón llevan, estas como mi seguidor y vine a conocerte, me gusta lo que escribes, voy a leerte en alguno de los otros blog que tienes.
ResponderEliminarSaludos
Precioso escrito con un final de lujo. Un abrazo.
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