miércoles, noviembre 24, 2010

Una propuesta entre vinos.

No sé si te preguntas por qué ya escribo tan poco. Y no dudo que antes de que acabe este penúltimo mes del año, buscarás una noche y después de servir las dos copas de vino, me reclames en un tierno susurro… ¿se habrá marchado la musa que entonaba canciones en tu oído?  De seguro, por unos segundos quedaré sin respuesta mientras me observas fijamente a los ojos. De seguro, también  soltaré una sonrisa nerviosa y empezaran a sudarme las manos y me llevaré el vino a los labios, beberé un leve trago y prenderé un cigarrillo.  De seguro no escucharás una entre tantas justificaciones que uno suele decir para salir del paso. Como tampoco deberás preocuparte por una respuesta contundente. Es más, te adelanto que no tendré respuestas…
…Sólo te miraré y como en cada mirada de esas noches de vino, encontrarás los poemas que en mí tú has inspirado. Cerrarás los ojos al roce de mis labios y beberás de mi boca hasta el último sorbo del Merlot elegido. Quedarás muy nerviosa y algo sorprendida cuando sientas la nota que en tus manos reposa. Leerás en silencio y de seguro, soltarás un suspiro y te lanzarás a abrazarme gritándome al oído: Sí, acepto ser tu esposa.

Son la 1:27 am. Por cierto… mi musa sigue entonando canciones en mi oído.

1 comentario:

  1. Ay las musas... las musas... que aparecen y desaparecen.
    Excelente relato.

    P.D: Te invito a conocer mi nuevo blog: Las Historias de Carla

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...