Noche de Brujas
El viento sopló de una manera diferente en esta noche de brujas. No hubo gritos de terror, ni sillones balanceándose solos en la noche, ni fantasmas volando sobre tumbas. Fue una noche diferente. Una puerta se cerró y se abrió el telón de un torrente de pasiones desmedidas. Un río creció y desbordó sus aguas en un monte fértil y sediento. La tierra tembló y desde su epicentro el magma hervía buscando una salida. Sus cuerpos temblaron al unísono y entonces hubo gritos de placer, un sillón se balanceó y fantasmas contagiados danzaron a lo tántrico. Fue nuestra noche de brujas.
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