Irrumpiste en mi vida
casi sin avisar,
sacándome de un largo y pesado letargo,
de un inhóspito ciclo,
de una apesadumbrada existencia,
derrumbando esos muros que parecían infranqueables,
inertes
e impenetrables,
destrozando los prejuicios del tiempo,
de la edad
y del amor,
arrasando con mi espíritu,
mi cuerpo,
mis labios,
mi aliento,
adueñándote de todos mis sentidos,
de mis insomnios,
de mis días
y mis noches,
marcando el ritmo de mis pensamientos
y de casi toda mi vida
¿Quién eres?
¿Luz o Oscuridad?
¿Cielo o Infierno?
¿Ángel o Demonio?
¿Quién eres?
Que cabalgas segura por los místicos caminos del silencio,
bordando pasiones,
tejiendo sueños,
construyendo nuestro propio universo.
Desafiante, impetuosa,
arrogante
y adorablemente imperfecta.
¿Quién eres tú?
Que prácticamente te has convertido en mi dueña.
Muy buen análisis! Pienso que ningún sentimiento es definitorio, siempre existe algo más.
ResponderEliminarLo cierto Innombrable, es que hay personas que dejan huella al igual que un huracán. Nos dan la vuelta como si fuésemos un calcetín.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario. Te invito a seguirme.
Yo ya te sigo,
Un abrazo grande,
María Eva.
Tú mismo lo has dicho... Es tu dueña.
ResponderEliminarUn abrazo, Gracias por visitarme.
muchas gracias por dejar su huella por acá. Espero sigan visitando
ResponderEliminarBonita poesia.
ResponderEliminarBoa sensação de estar aqui,
no teu cantinho.
Obrigada por estar no meu.
Lo es todo,
ResponderEliminarLuz y Oscuridad
Cielo e Infierno
Ángel y Demonio
Pero de tí dependerá ver la luz o el contraluz.
Genial el poema! :)