Hace tiempo describí una Erupción y empecé así: Hoy
quiero que sin estar a tu lado, puedas tocar un pedacito de cielo. Cierra los
ojos y déjate llevar. Eran las épocas en la que no éramos dueños del tiempo
ni del espacio. Ahora es diferente. Todo es nuestro y todo está a la breve
distancia de abrir los ojos y donde no hace falta imaginar porque la acción es
constante…
Hoy Recorro con la punta de mis dedos
el universo de tu cuerpo desnudo,
tratando de descubrir el punto exacto
donde estalle ese volcán que almacena tu lava,
lava que quiere emanciparse
desbordando pasiones ya no comprimidas.
Lava brava que hierve bajo esa piel
que percibe ya mi aliento
susurrando tras tu cuello
que se esfuerza para ofertar más superficie.
Mis dedos tallan señales en tus pechos,
barrenan con ternura allá en su cima
para cuando emane de tus pezones
el fuego piroclástico,
nos eleve hasta tocar un pedacito de cielo.
Y allí en la base,
justo ahí donde reposa ese lunar que bien se
esconde,
descubro más temperatura,
El rocío de mi aliento se evapora,
El roce de mi lengua te estremece,
Y en la humedad
de tus recintos
Mi tallo explora sin cordura.
Tu cuerpo todo convulsiona
y un gemido se rehúsa a contenerse.
La lava busca una salida.
Y ahora Tú, toda tú,
Entras en una erupción real.
¡Que poesía! toda pasión, y esa explosión en un instante único.
ResponderEliminarMuy apasionado amigo.
Un abrazo.
Gracias por pasar y dejar tu huella, ya estuve por tus blog y tambien muy buenos...
ResponderEliminarsaludos
Carlos