― Sin los besos no existe lenguaje en la pareja. No existe nada. Los labios transmiten lo que a veces las palabras no alcanzan. ― dijiste después de una mirada que lo explicaba todo. Después de unos besos que me transportaron a la cúspide del infinito. Un infinito tatuado con el roce de tus manos, rociado con tu néctar y engrandecido tan solo con tu presencia.
Hoy todo en ti huele a mí.
Todo, a ti huele,
todo en mi huele a ti.
Aún cuando en la penumbra
en la que escribo,
confunda tu imagen con tu cuerpo.
Aún cuando en la noche cálida
tu ausencia momentánea
ya me envuelva.
Nada puede borrarte, nada.
Has quedado tatuada,
grabada, impregnada.
Hoy todo en mi huele a ti.
Tus ojos me traen el olor
a pasto en primavera.
Ese olor que arrastra
la vitalidad del día,
el calor de la tarde,
la humedad de la noche.
Esa brisa que sopla arrastrando
el polen de las flores
y llevan consigo
tu olor al andar.
Tus manos me huelen
Tus manos me huelen
al susurro de un otoño en despedida.
Ese olor del crepitar de las ramas,
del crujir de las hojas,
del viento suave
que desborda en la tarde,
barriendo con tu néctar
la muerte de un espanto
que se volvió pasado
y negado por completo
a ser parte del presente.
Tu aliento me huele
Tu aliento me huele
al grito de un invierno
que se opone a ser frío.
Al aroma del fuego
que no quiere quemar.
Al candor de una rosa
que no quiere secarse
y que gime en silencio
porque desde adentro
arde su volcán. Tu todo me huele
al calor de un verano,
que quema y se quema
hasta verme explotar.
Al ritmo del mar
cuando danza en sus olas
llevando consigo
tu olor al andar.
Si tu olor me faltara,
Si tu olor me faltara,
mis funciones,
mi todo,
dejarían de andar.
Son las 2:23 pm. Qué viva el insomnio.
Me encantaron estos versos porque tiene el inconfundible aromade un hombre enamorado...Da gusto leerte...Lo disfruté mucho Mirache
ResponderEliminarUn abrazo
Ximena