Ayer conocieron la gran diferencia. Caminaban a ciegas buscando el breve espacio en el que sus aguas coincidieran. La gran expectativa hizo gala de sus majestuosos encantos y la poca brisa de un cálido día se confundió con el deseo mutuo de traspasar la línea divisoria entre el poder y el querer. Ella, se mostraba nítida como su mirada y afirmando que solo se puede entrar en alguien una vez por primera vez. Él, tímido pero decidido a que esa primera vez tuviera el sello de una auténtica exclusividad. Fueron besos esperados, soñados, incluso imaginados. Pero la realidad superó a la imaginación.
Son las 7:15 pm. ¿Te sientas a mi lado?
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